viernes, 27 de febrero de 2015

La Palabra de Su Gracia - Parte 7

Este año yo estaba en una clase de RHEMA en Estados Unidos, y justo llegué cuando un maestro estaba terminando su clase y un hermano latino estaba discutiendo con él.
Este hermano tenía razón, porque el maestro había estado enseñando su clase y hablando del juicio de Dios, donde mencionó que el cristiano será juzgado por Dios. Porque hay un versículo donde Pedro dice que el juicio empezará en la casa de Dios.
1 Pedro 4:17
17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Y empezó a tomar este versículo para enseñar a los demás.
Pero este hermano le preguntó: “¿Quiere decir que Dios va a juzgarnos hoy día y que el juicio de Dios vendrá sobre nosotros?”
Y el maestro le dijo: “Si, porque este versículo dice así.”
Luego que el maestro se fue llegué yo y el hermano me preguntó; “Hermano Jim, ¿esto es cierto?” Y lo le respondí: “No, en realidad no, porque han tomado este versículo y le han hecho decir algo que no dice.”
Desde el principio, cuando Pedro empieza a hablar de esta prueba de fuego, lo primero es que Dios no envía la prueba. Hay que entender esto porque Dios no ha enviado la enfermedad para probarte. Dios no envía las circunstancias para probarte. Pero gran parte del Cuerpo de Cristo cree esto, que Dios ha enviado las circunstancias, las pruebas y todas estas cosas para probarte. Como si Dios no supiera quien eres tú.
Dios sabe quién eres tú, porque tú eres su hijo, creado a Su imagen y semejanza, en justicia y santidad de verdad. Eres hechura suya, vienes de Dios, eres creación de Dios, entonces Dios sabe quién eres tú, Él no necesita probarte, ¿entiendes?
Además, si Dios quiere enseñarte, jamás te enviará una enfermedad para hacerlo.
¿Por qué? Porque ha enviado el Espíritu Santo.
Hermanos hay que ser lógicos, hay que pensar con sentido común.
Cuando subo a mi carro he visto gente manejando con la cabeza mirando hacia el costado, ahora, si tiene un choque por estar conversando y mirando al otro lado, no culpes a Dios. El choque fue por no prestar atención a lo que está pasando.
Mi hijo Martin es un excelente chofer; pero cuando viajamos en Estados Unidos en las tardes salen bastantes venados y otros animales para comer y él siempre está volteando la cabeza para verlos. Yo no soy así.
Cuando yo manejo y el me pregunta: “Papá, ¿has visto ese venado?” Yo le digo: “No, yo estoy viendo el carro que está delante. En este momento no me importa el venado, a menos que este en medio del camino.
El otro día, cerca de la iglesia, cuando veníamos al culto, un muchacho estaba cruzando la pista y el carro venía por un lado y él estaba mirando al otro lado. Si el carro lo chocaba y le rompía la pierna, él no tendría ninguna razón para culpar a Dios.
Lo primero que debemos hacer cuando algo viene a nuestras vidas es asegurarnos de no culpar a Dios.
Si empezamos a culpar a Dios, ¿cuáles son nuestros valores iniciales? ¿Que nos han enseñado?
¿A cuantos de ustedes les han enseñado en sus casas que lo mejor es tener una buena educación, ir a un buen colegio, a la universidad, hacer una carrera y tener un buen trabajo?
Yo también fui enseñado así, hay que trabajar duro. Hay que tener un buen trabajo.
En vez de enseñarme a hacer un negocio, yo trabajé duro unos 17 años, uno de mis jefes me dijo: “Tú eres una de las únicas personas que ha quedado conmigo.”
Yo era un trabajador fuerte y trabajaba duro. En vez que mi familia me enseñara que es mucho mejor que tengas tu propio negocio y que tengas empleados que trabajen por tu negocio, y que es mucho mejor que tú levantes una empresa.
Pero hemos sido enseñados mal, entonces cuando yo salgo no busco tener un negocio porque mis valores iniciales me dominan. He tenido que cambiar mis valores iniciales.
Es igual cuando hablamos de la pobreza y la riqueza, para mucha gente es bien difícil pensar en la riqueza, especialmente la gente con más edad, ya que para los jóvenes es más fácil.
La gente que ha pasado un tiempo tan difícil en los años ochenta y noventa, aunque no lo llamen así pero fue una gran depresión aquí en el Perú. Cuando el dinero se devaluaba tan fuerte y tan rápido que no valía nada, y la gente sufría.
Ustedes jóvenes no saben lo que fue esto, pero sus padres sí.
Y algunas personas invirtieron su dinero en lugares que daban grandes intereses, como CLAE, y perdieron todo. Todo su dinero se volaba.
Una persona que pasa por esto, como mi mamá que pasó por la gran depresión en Estados Unidos, y ella tenía que remar el bote para que mi papá pescara y tuviéramos algo que comer en casa. Pero no tenía sal para echar sobre el pescado.
Mi mamá, debido a que ella pasó la gran depresión, cuando finalmente tuvo que dejar su casa por la edad y la ceguera que tenía, debajo de todas las camas, en cada rincón de la casa, había comida enlatada. Ella no botaba ella cuidaba y guardaba todo. Ella tenía tanta comida que hubiera podido haber vivido un año sin comprar nada, por toda la comida que tenía.
Inclusive tenía pescado. Porque mi hermano había hecho una gran pesca de lisa y ella lo había enlatado y guardado, de modo que eso podía durar años.
Pero para ella el captar la prosperidad fue muy difícil ya que sus valores iniciales fueron formados en la gran depresión.
Y si alguna persona viene de un trasfondo religioso como estos judíos, el problema no es la persona sino por su inseguridad, y la inseguridad domina a la persona por sus valores iniciales, la persona está bien arraigada en sus valores iniciales.

Por ejemplo, para ellos el judaísmo era lo máximo, pero realmente no lo era; tuvo su inicio, comenzó en un lugar pero también tuvo su fin.

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