Vayamos a Hechos 14:
Hechos 14:1-7
1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en
la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud
de judíos, y asimismo de griegos.
2 Mas los judíos que no creían excitaron y
corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
3 Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo,
confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia,
concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.
Dios siempre va a confirmar la Palabra
de Su Gracia.
4 Y la gente de la ciudad estaba dividida:
unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.
5 Pero cuando los judíos y los gentiles,
juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos,
6 habiéndolo sabido, huyeron a Listra y
Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina,
7 y allí predicaban el evangelio.
¿Qué estaban predicando ellos? El
Evangelio de Su Gracia. En otras palabras estaba predicando la obra terminada
de Cristo.
La razón por la que repetimos esto es
porque la gente es porque la gente es como las computadoras, que cuando algo
les sucede vuelve a sus valores iniciales (o por defecto).
No muestra cuales son esos valores pero
vuelve, y es así con la gente. Si la gente no ha captado lo que es la gracia de
Dios, y este es el Evangelio de la Gracia de Dios, cuando viene la presión de
la vida o del enemigo, ellos tienen la tendencia de volver a sus valores
iniciales.
Así que lo que hay que hacer es cambiar
los valores iniciales hacia lo que está escrito en la Biblia acerca de la obra
completa de Cristo Jesús. Y esto requiere a veces un poco de tiempo porque los
valores iniciales muchas veces luchan en contra.
Esto es lo que estaba pasando con los
judíos, ellos tenían sus valores iniciales, que aunque habían sido establecidos
por Dios, también tenían su tiempo límite. Tenía su principio, pero también
tenía su fin.
No estamos hablando mal del sistema, ya
que había sido puesto por Dios, pero tenía su principio y tenía su fin.
Además tenía su propósito, que no era
para darnos vida ni sacarnos de la muerte pues no tenía el poder para hacerlo.
Ni tampoco tenía poder para darnos la promesa. Porque si hubiera sido así,
Cristo Jesús hubiera muerto en vano. Pero Jesús no vino en vano.
En la vida las personas escuchan y
escuchan algo que suena bien y ellos se gozan. Pero si ellos no toman el tiempo
para cambiar sus valores iniciales conforme a la obra terminada de Cristo
Jesús, volverán a ellos.
Cada vez que una persona lee la Biblia
debe hacerlo con los lentes de la obra de Cristo Jesús.
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