viernes, 9 de enero de 2015

El Evangelio de la Gracia de Dios - Parte 7



Yo sé lo que el habla acá, porque lo que era imposible para la ley, fue imposible. 

La ley nunca ha podido controlar la carne; ni los apetitos de la carne. 

Pablo, dijo al contrario: “Yo estaba vivo una vez pero vino la ley y revivió el pecado, y el pecado me mató.”

No es que la ley era mala sino que el pecado uso lo que era bueno en nuestra contra.

Pero la ley nunca fue dada para controlar la carne; por eso es que el legalismo, cuando predica contra el adulterio, nunca ha funcionado.

El imponer temor sobre la gente, si tú haces mal te irás al infierno, nunca ha funcionado.

Lo que ha funcionado es llevar a la persona a la obra terminada de Cristo Jesús, y mostrarle que ha sido liberada totalmente, que ha sido hecha libre.

Por esta razón cuando Pablo habla de la obra de la carne no está hablando acerca del pecado, sino que dice que es lo que la causa o lo que obra en la persona que está bajo leyes y normas para ser aceptado por Dios.

¿Por qué? Porque lo que era imposible para la ley, la ley nunca podía dar vida, nunca podía controlar la carne.

¿Conoces lo que es un perro pitbull? Es un perro que tiene una mala fama de morder a la gente; tu puedes ponerle un bozal en la boca para que no pueda morder, pero el morder está dentro de él.

En la obra de Cristo Jesús, Él quitó el querer; por esta razón no necesitamos bozal, porque ya no tenemos el querer.

Y algunas personas piensan que sin tener ley, o normas, o reglas, puestas sobre la persona, la persona va a ir a pecar. Pero el deseo de pecar ya no está dentro del creyente.

Como dice Pedro, hemos recibido la naturaleza de Dios. 

No tenemos una gotita de la naturaleza de Dios; mi espíritu nacido de nuevo viene de Dios. El deseo de mi espíritu siempre será hacer lo mejor, y servir.

Ni tú ni yo tenemos deseo de cometer pecados. Nuestro deseo es servir a Dios, caminar con Él, conocer a Cristo, ese es nuestro deseo.

Hace años estuvimos manejando en Birmingham, en el estado de Alabama. Ellos tienen un gran aviso: “Ponte tu cinturón de seguridad en el carro.” Y dice: “Es la ley”; y luego dice: “Es para tu protección.”

¿Qué pasa con la humanidad? Yo entiendo que hay gente inconversa; pero cada vez que quieren controlar algo, ¿qué hacen? Hacen otra ley; y otra ley, y otra ley. 

Hace años una ley aquí salió que las dos personas que están adelante en un carro deben ponerse su cinturón. Es una ley. Es para tu protección. Porque no dice que para tu protección y la explican la razón para hacerlo.

Porque cuando hay un choque, la persona que está sentada en el asiento delantero sale volando por la luna, y normalmente muere.

Pero para los niños no hay una ley, ellos pueden pararse en la parte de atrás sin tener el cinturón puesto. Y cuando hay un choque, el niño de todas maneras saldrá volando por la luna.

Una ley nunca ha podido controlar nada.

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