lunes, 22 de diciembre de 2014

El Evangelio de la Gracia de Dios - Parte 5



Y aquí en Romanos 8, cuando el habla de los que están ocupados en la carne, no está hablando de otra cosa; así como en Gálatas 3 dice: “¿Ustedes que empezaron en el espíritu van a terminar en la carne?”

Interesante. Más adelante él está mencionando lo mismo.

Por esta razón en Romanos 8:1 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”

¿Quiénes son los que andan conforme a la carne? ¿Quiénes son ellos? Es la gente que está tratando de hacer algo bueno para merecer lo que Dios ya le dio.

No están haciendo algo malo. En Gálata la gente no estaba haciendo algo malo. Estaban tratando de hace algo bueno para poder justificarse con sus propias obras, y negando la eficacia de la obra de Cristo Jesús.

Ahora, imagínense: 

De este lado hay vida; Jesús dijo en Juan 10:10: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” 

Por esta razón, Pablo escribiendo a Timoteo (1 Timoteo 6:12), dice: “echa mano a la vida,” o “echa mano a Cristo,” es decir, “echa mano a la obra terminada de Cristo.” 

“Echa mano”, porque mientras echo la mano a Cristo Jesús, vivo yo. Pero al momento que yo suelto la mano y echo la mano a una obra que hago para merecer algo de Dios, muero yo.

Yo no estoy hablando de perder la salvación; aquí no se habla de esto.

Pero nota lo que dice Romanos 8: “…los que no andan conforme a la carne….” La indicación es que si la persona anda conforme a la carne, conforme a reglas y normas, o tratando de hacer una obra para merecer lo que Dios ya nos dio en Cristo, esta persona si va a tener condenación. Pero esta condenación no viene de Dios, porque es Dios quien nos justificó.

Porque en Gálatas vemos que ellos trataron de volver a la ley de Moisés para ser justificados; y es un hecho que la persona que está bajo normas y reglas para ser justificado y merecer algo de Dios, van a tener condenación, van a ser condenados. Y además van a caminar todo el tiempo bajo una conciencia de pecado.

¿Cómo se muestra una conciencia de pecado? Primeramente el mucho arrepentirse. Cuando la persona viene a Dios no lo hace levantando las manos y diciendo: “Gracias Dios por lo que has hecho en Cristo Jesús;” sino que va pidiendo perdón. Y normalmente pidiendo perdón por algo que no sabe lo que es.

Un predicador, supuestamente teólogo, escuche que dijo: “Yo acepté a Jesús cuando tenía 5 años, por lo cual yo no tenía tanto de que arrepentirme que la persona que recibe a Jesús cuando tiene 25 años.” Como si el arrepentirse fuese la manera de ser salvo.

Y cuanta gente va a un lugar, y se arrepienten una y otra vez, sin usar la palabra “arrepentirse” en su forma correcta.

Es cierto, he escuchado predicadores que dicen que debemos de arrepentirnos porque Pedro predicó arrepentimiento; pero Pedro está predicando a los judíos porque ellos estaban siguiendo un sistema que ya había sido terminado por la obra de Cristo Jesús. Este sistema ya tenía un comienzo y un fin. El fin fue Jesucristo y el principio la ley de Moisés.

Además Pablo dice en Hebreos 10:1 que esto fue una sombra de la realidad. No fue una realidad pero fue una sombra de la realidad. Entonces ellos quisieron seguir en la sombra en vez de seguir en la realidad. Pero Cristo Jesús trajo la realidad, Él trajo la vida.

Entonces aquí los tenemos a ellos, y Pablo les dice: “Ustedes están en la carne arrepintiéndose y arrepintiéndose.” Pero Pedro predica arrepentimiento diciéndoles: “Ustedes deben arrepentirse, volverse y convertirse al Señor.” 

¿Qué quiere decir esto? “No sigan este sistema más. Este sistema tenía su principio, tenía su comienzo, pero este sistema también tenía su fin, su fin es Cristo Jesús. Este sistema era la sombra pero Jesús es la realidad. No sigas con la sombra, sigue con la realidad.”

Porque en su forma más sencilla de arrepentirse significa cambiar la mente o cambiar la dirección a la que estabas yendo.

Y la verdad es que nadie acepta a Cristo Jesús sin arrepentimiento en su forma correcta; porque yo estaba yendo por un camino y cuando escuché de Cristo Jesús, aunque yo no dije “me arrepiento,” cambié la dirección donde estaba yendo y acepté a Cristo Jesús. Y eso es arrepentirse, cambiar la dirección donde estás yendo.

Eso es justamente lo que Pedro estaba diciendo: “Arrepiéntanse.” Pero conforme a este predicador, el arrepentimiento, de la manera que él explicaba, él tenía que buscar todos los pecados que hizo cuando tenía entre uno y cinco años, sin saber cuántos pecados tenía, y tenía que arrepentirse de cada pecado. Por eso no tenía que arrepentirse tanto como una persona que tenía 25 años porque esa perna tenía más pecados.

Pero esa tampoco es la manera que Pablo dice que viene la salvación.

Si confesares con tu boca que Jesucristo es el Señor, y creyeres en tu corazón, ¿qué cosa? Que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.

Porque Dios no lo levantó de los muertos hasta que cada parte de la penalidad fue pagada y cancelada. Y su resurrección testifica que el pago fue suficiente y que Dios se quedó satisfecho.

¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! 

Qué bueno es que Dios haya quedado satisfecho del sacrificio de Su Hijo Jesucristo. Dios está contento hoy día, no está enojado, no está molesto, Él está satisfecho.

Dios no estaba satisfecho con todos los sacrificios, holocaustos y todas las ofrendas que ellos habían ofrecido por años y años, pero por un sacrificio Dios se quedó satisfecho, y es la razón por la cual está abierta la puerta para que toda la humanidad venga a Dios y no está cerrada.

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